Nos vuelve. Enloquecidos. Afuera. Por suerte. Textito afín. Parece que reincidimos en los mismos tropiezos, artista. La seguridad de los intolerantes les provee un edificio blindado. Aquello que escapa a la reclusión de sus cajitas rotuladas, es condenado a lejanía de inexistencias. Cuando, animado por toda esa vida en cautiverio, lo inclasificable asoma, es preso de cortes sucesivos, para hacer funcional al status quo el aporte. Puesto a macerar para ablandarle la irreverencia. Congelado combatiendo la proliferación de organismos. Al fuego de los decires rectos, rumiándole aristas. A pesar de las técnicas propicias para insultar novedades, el pulso de lo genuino sigue sin entrar. El sistema rígido cataloga como desecho al sobrante. Que podría ser su potencial.-
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Nos vuelve. Enloquecidos. Afuera. Por suerte. Textito afín. Parece que reincidimos en los mismos tropiezos, artista.
La seguridad de los intolerantes les provee un edificio blindado. Aquello que escapa a la reclusión de sus cajitas rotuladas, es condenado a lejanía de inexistencias. Cuando, animado por toda esa vida en cautiverio, lo inclasificable asoma, es preso de cortes sucesivos, para hacer funcional al status quo el aporte. Puesto a macerar para ablandarle la irreverencia. Congelado combatiendo la proliferación de organismos. Al fuego de los decires rectos, rumiándole aristas. A pesar de las técnicas propicias para insultar novedades, el pulso de lo genuino sigue sin entrar.
El sistema rígido cataloga como desecho al sobrante. Que podría ser su potencial.-
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